Afrutada y con una equilibrada combinación de botánicos, esta ginebra resalta por su frescura y capacidad para combinar con el sutil aroma de los cerezos en flor japoneses. Tras cinco destilaciones, conserva el carácter del dry gin e invita a probar nuevos sabores.
Combinada con el punto amargo de la tónica, le aporta el contrapunto a esa fragancia que recuerda a gominolas rojas, a la que un toque de lima o limón y la presencia de alguna cereza natural le va de maravilla.
Este trago largo, que en coctelería se denomina highball y tiene también la etiqueta de ‘digestivo’, es ambivalente. Lo mismo se toma como aperitivo que al acabar la comida o en ambientes nocturnos y relajados.