Importancia de la viscosidad del aceite de motor
La cualidad más importante del aceite es su viscosidad, es decir, su capacidad para fluir. De ella depende el espesor de la película lubricante, reduciendo la fricción y el desgaste entre los componentes del motor. Además, los aceites incluyen aditivos especiales que ayudan a prevenir la corrosión, limpiar impurezas y mantener los residuos en suspensión para que no se acumulen en el motor.
No debemos confundir esta característica con el índice de viscosidad, que indica cómo varía la viscosidad con la temperatura. Un aceite con un índice de viscosidad alto mantendrá mejor su fluidez tanto en frío como en caliente, garantizando una lubricación óptima desde el arranque hasta los momentos de máxima exigencia del motor.
La viscosidad del aceite depende de la temperatura:
- Cuanto más calor, mayor fluidez.
- Cuanto más frío, mayor viscosidad.
La Sociedad Americana de Ingenieros del Automóvil (SAE) clasifica los aceites en diferentes grados de viscosidad, dependiendo de la temperatura y del esfuerzo de cizalla que se somete a los aceites.
Si acudes al manual de tu automóvil, verás que indica una nomenclatura SAE específica que indica el grado de viscosidad recomendado para ese modelo en concreto.
- La primera cifra que aparece a la izquierda de la W: se refiere a la viscosidad del aceite en frío.
- La segunda cifra, que está a la derecha: indica la viscosidad del aceite en caliente.
Con este procedimiento la SAE establece once tipos de aceite de motor, que oscilan entre 0W y 60. La W (winter, “invierno” en inglés) tras el número indica que es un aceite adaptado para emplearse a bajas temperaturas.
Para más información sobre la viscosidad de los aceites de motor, puede consultar nuestro artículo Viscosidad en aceites de motor.