La eficiencia energética depende, en gran medida, del flujo del aire interior. Sin embargo, los espacios sin ventanas suelen presentar mayores dificultades en este sentido. En consecuencia, puede ser necesario efectuar actuaciones con mayor o menor desembolso económico. Por este motivo, en este post te explicamos cómo renovar el aire de un local de la forma más rentable posible.
Hoy en día, la normativa impone una serie de aspectos que has de tener en cuenta. El más importante viene reflejado en el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios), que obliga a todos los espacios comerciales, sin importar su actividad, a disponer de ventilación mecánica.
Trucos para renovar el aire de un local sin ventanas
La circulación del aire es clave para mantener un entorno saludable, evitar la aparición de humedad y disminuir el consumo energético. Pero ¿sabrías realmente ventilar una estancia sin ventanas? Hay algunos trucos que puedes poner en práctica y que requieren una mínima inversión económica por tu parte:
- Mantén la habitación lo más limpia posible. La proliferación de polvo y moho favorece la aparición de humedades. Como resultado, el entorno se condensa y tiende a reflejar más los cambios de temperatura del interior. Dicho de otro modo, estará más fría en invierno y más calurosa en verano.
- Procura que no haya demasiado mobiliario. Incluso cuando no hay ventanas, todavía suele haber una cierta circulación. Si hay demasiadas sillas, mesas o expositores en tu local, no podrá hacerlo. Resulta imprescindible que, al menos, el centro del espacio esté vacío de objetos.
- Coloca plantas en las esquinas. En estos puntos se acumula una mayor cantidad de calor, por lo que la vegetación contribuye a absorber el aire para renovarlo. Selecciona especies que no necesiten tanta luz natural, como las bromelias, los potos o los helechos.
- Incorpora un purificador de aire. Estos dispositivos, que ganaron popularidad durante la pandemia, purifican el entorno atrapando las sustancias perjudiciales. Escoge un equipo con caudal superior a 300 m³/h.
Otro consejo de utilidad es intentar que la puerta esté abierta. Cuando no haya otra entrada o salida del aire, resulta esencial, ya que la normativa HS3 obliga a que el ambiente interior tenga una cierta calidad. Es decir, que la concentración media anual de CO₂ no exceda las 900 partículas por millón (puedes adquirir un medidor).
Recuerda que, cuando el interior no posee un flujo adecuado, hay ciertos indicativos de que debes actuar rápidamente. Entre estos, no puedes ignorar estas dos señales de alarma:
- La aparición de manchas de humedad. Generalmente, se ven en los techos o en las esquinas superiores como consecuencia del ascenso de calor hacia la parte de arriba. Ocasionan un perjuicio estético muy importante para tus clientes y sensación de suciedad.
- La proliferación de malos olores. De nuevo, es una cuestión muy negativa para la imagen de tu negocio. Lo más frecuente es que surjan en los baños y se extiendan hacia el resto de espacios. Si no hay una circulación de aire eficaz, lo hacen de manera lenta, pero persistente.
La clave para renovar el aire de tu local sin malgastar energía
Una de las consecuencias más notorias de que no circule el aire de manera eficiente es un mayor gasto energético. Lo más común es que mantengas el equipo de climatización funcionando durante más tiempo y con mayor potencia. Sin embargo, no olvides que el consumo de electricidad se disparará, así que conviene poner en práctica otros hábitos
.Como es lógico, necesitas conservar el interior agradable para la permanencia de los clientes. Por tanto, lo que no debes hacer es desconectar la climatización. Lo importante es mantener el modo fan activado para favorecer el flujo constante. Por otro lado, escoge un equipo que funcione con gas propano para reducir la dependencia de la red eléctrica.
Nuestra recomendación es que empieces por instalar un medio que funcione como complemento del climatizador. El más aconsejable es un extractor de humedad, que combate la principal consecuencia de que no haya ventanas. Hay tres tipos que pueden ser adecuados en función de tu local:
- Con temporizador. Están encendidos durante el tiempo que hayas programado de forma previa. Generalmente, son los que requieren una menor inversión inicial.
- De interruptor. Funcionan solo cuando accionas el botón, que puede ser del mando o el interruptor de la luz. Son ideales para oficinas o estancias que no se usen de forma permanente.
- Con detector de presencia. Son más caros, pero también más eficientes. Únicamente se activan cuando pasa alguien por sus proximidades.
Después de haber acabado con el exceso de humedad, conviene ver cómo ventilar un cuarto sin ventanas. Una de las claves es crear pequeñas rejillas en las paredes, sobre todo en las partes superiores. Lo idóneo sería que den directamente al exterior, pero pueden hacerlo a otras habitaciones que sí tengan salida a la calle.
Los ventiladores de techo también pueden reforzar la circulación. Recuerda que el objetivo es minimizar el gasto energético. Por tanto, los ubicaremos de manera estratégica para reforzar el flujo y programarlos a una velocidad menor. Estos son los lugares más aconsejables en este sentido:
- El final de la habitación. Si están en el lado opuesto a la puerta, refuerzan la salida del calor. Además, generan una especie de corriente artificial que potencia la renovación constante. Como mínimo, deben estar encendidos durante media hora por cada cuatro horas.
- El techo o las esquinas superiores. Son los espacios donde más se acumula la humedad, y también donde asciende el calor. Sin embargo, haría falta una mayor potencia para disiparlo y no ponerlo simplemente a girar por la estancia. En este caso, ha de mantenerse durante una hora por cada cuatro.
Renovar el aire de un local no es complicado, pero requiere una cierta inversión. Pero, resulta esencial que escojas una tarifa adecuada de luz para tu negocio. En Repsol te invitamos a conocer las nuestras para que logres ahorrar luz en tu negocio.
