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La eficiencia y la soberanía son dos planos que están cobrando gran importancia cuando hablamos del suministro eléctrico. En la actualidad, las instituciones públicas —como el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) y la Unión Europea— centran sus esfuerzos en este aspecto. Una de las claves del futuro, precisamente, es el auditor energético.
Esta figura será cada vez más conocida, por lo que queremos que empieces a familiarizarte con ella. Su papel reside en garantizar la sostenibilidad de las instalaciones que requieran cualquier tipo de energía para funcionar. ¿Sabes cómo puede ayudarte? Te lo mostramos a continuación.
¿Qué es una auditoría energética?
Es el proceso que evalúa y analiza los requerimientos técnicos del suministro que poseen edificios o instalaciones industriales. Recientemente, se ha trasladado también al ámbito de las viviendas para incentivar el consumo sostenible por parte de todos los usuarios.
El objetivo es identificar oportunidades de optimización desde el punto de vista de la eficiencia y las soluciones de sostenibilidad. Resulta indispensable para detectar posibles averías o anomalías que estuvieran ocasionando un uso desmedido de energía. Igualmente, contribuyen al ahorro y a la soberanía energética, un ámbito que es más importante que nunca.
Para conseguir todo lo anterior, se examinan la totalidad de los equipos y dispositivos que están conectados a la red. Del mismo modo, se presta especial interés en el propio suministro para comprobar que no hay deficiencias que pongan en riesgo la seguridad de la instalación. Lo mismo sucede con el gasto, para lo que se revisan las facturas.
Durante los últimos años, se está poniendo énfasis en la información. Los enchufes inteligentes o las regletas de última generación otorgan datos acerca del gasto de electricidad. En consecuencia, solo hay que exportar un fichero de la aplicación que se usa para controlarlos. Con este, un técnico podrá comprobar el consumo de manera objetiva y detallada.
Otro de los factores que se pueden controlar gracias a este proceso son los patrones y tendencias. Conforman la manera de la que se usa la electricidad, es decir, la distribución horaria de cada electrodoméstico. Por ejemplo, en qué momentos se enciende más la climatización o cuándo se emplean más dispositivos a la misma vez.
¿Para qué sirve y qué beneficios tiene para las empresas?
La auditoría energética en empresas resulta imprescindible, pues actúa sobre una de las áreas que más derroche suponen, que es el uso ineficiente de los equipos. Es el primer paso para la toma de decisiones en beneficio del ahorro y también ayuda a que los trabajadores entiendan por qué necesitan utilizar los dispositivos de forma responsable.
Como podrás ver, el impacto de este proceso en el negocio es muy reseñable:
- Detecta a tiempo y de manera detallada ineficiencias o negligencias de uso.
- Otorga información muy valiosa para ahorrar en el empleo de electricidad.
- Reduce el coste operativo derivado del equipamiento especializado o industrial.
- Identifica los procedimientos que más energía consumen y contribuye a optimizarlos.
- Da una visión detallada y pormenorizada del gasto en luz de la empresa.
- Son el primer paso para obtener la certificación energética de los edificios.
- Permite dar cumplimiento al RD56/2016.
Hay otros beneficios que están más relacionados con el ámbito económico y que, por tanto, son fundamentales para la viabilidad de los negocios, con independencia de su tamaño:
- Permiten establecer metas cuantificables y revisables de sostenibilidad.
- Refuerzan la imagen de marca al mostrar el compromiso con el medioambiente.
- Contribuyen a alinearse con las preocupaciones de la sociedad en materia ecológica.
- Hacen posible la planificación y la elaboración de estrategias a corto, medio y largo plazo.
- Funcionan como una inversión a medio plazo gracias a la reducción del derroche.
Por otro lado, hace factible disminuir la huella de carbono. Recuerda que la Unión Europea se ha propuesto alcanzar la neutralidad climática para el año 2050. Para ello, las corporaciones de todos los sectores juegan un papel fundamental y las instituciones públicas cada vez ponen más el foco encima de estas.
¿Qué fases tiene una auditoría energética?
Debes saber que es posible efectuar una auditoría energética en edificios. Toda empresa encargada de este proceso posee su método propio, pero hay una serie de fases que siempre se repiten. Estas son las que constituyen el eje central y de las que se encarga un especialista:
- Toma de datos preliminar. Consiste en recabar información sobre la factura eléctrica, el consumo de un aparato e identificar los objetivos que tiene el negocio en este ámbito.
- Evaluación pormenorizada. Hay que determinar el gasto que efectúa un dispositivo y conocer el estado del suministro para descartar averías.
- Propuestas de mejora. Con los datos recopilados y contrastados, se sugieren varias medidas. Van encaminadas a conseguir una mejor eficiencia y a reducir la huella de carbono.
- Elaboración de estrategias. Las indicaciones anteriores se llevan al ámbito económico para establecer presupuestos y plazos que determinen si son viables.
- Implantación y seguimiento. Cuando se comiencen a poner en marcha las medidas, conviene que un especialista revise si están siendo efectivas y en qué grado lo son.
El papel del auditor energético
El profesional que se hace cargo de este estudio se denomina auditor. La función que ejerce es primordial, dada que ejecuta todos los pasos que hemos mostrado hasta ahora. Pero su importancia va más allá, pues también cuenta con cierta formación legal al estar actualizado sobre normativa energética —tanto nacional como europea—.
- Obtiene e interpreta los datos. Cuando recopila la información con la evaluación completa, debe analizarla para mostrarla de forma intuitiva a los directivos.
- Comprende patrones y tendencias. Es capaz de entender qué uso le da la empresa al suministro eléctrico y de qué forma lo hace.
- Efectúa un seguimiento periódico. Colabora de manera frecuente con el negocio para avanzar en los planes de neutralidad climática o de ahorro.
- Da recomendaciones de mejora. Cuenta con argumentos para emitir sugerencias que la compañía tendría que considerar para obtener un beneficio.
En definitiva, el auditor energético es un aliado necesario en la presente coyuntura. Dos valores tan actuales, como son la sostenibilidad y la eficiencia, requieren supervisión y gestión profesional.
Real Decreto 56/2016: eficiencia energética en empresas
Este Real Decreto afecta a todas aquellas empresas que cumplan alguna de las siguientes condiciones:
- Tener en plantilla más de 250 trabajadores.
- Un volumen de negocio anual de 50 millones de €.
- Un balance anual superior a 43 millones de €.
Se centra principalmente en los siguientes aspectos:
- Auditorías energéticas: algunas empresas e industrias están obligadas a realizar auditorías energéticas cada cierto periodo de tiempo. Estas auditorías consisten básicamente en evaluar cómo se está utilizando la energía en las instalaciones para, posteriormente, analizar oportunidades que fomenten la eficiencia energética. El objetivo es identificar medidas que reduzcan el consumo de energía, siempre y cuando no perjudiquen la calidad de los productos o servicios ofrecidos.
- Sistemas de gestión energética: Este Real Decreto también fomenta la implementación de sistemas de gestión energética en las empresas, con el objetivo de stablecer un enfoque sistemático para mejorar el rendimiento energético a largo plazo. La idea es que, mediante la gestión adecuada de la energía, las empresas puedan optimizar su consumo y reducir significativamente sus costes.
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