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La movilidad eléctrica ha experimentado un fuerte impulso producto de las subvenciones. Según la patronal de fabricantes, se vendieron más de 78 000 automóviles con esta tecnología en nuestro país durante 2022. Para este año, las estimaciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico superan las 100 000 unidades.
Pero ¿qué tipos de coches eléctricos hay? ¿Sabes qué significa cada sigla? Te explicamos todas las claves en este artículo.
La revolución verde en el sector automotriz ha introducido una diversidad de vehículos que prometen una movilidad sostenible y eficiente. Desde coches eléctricos puros (EV) con etiqueta cero hasta modelos híbridos enchufables (PHEV), cada alternativa ofrece características únicas adaptadas a las necesidades y estilos de vida de cada conductor.
Explorar estos modelos y entender cómo funciona un coche eléctrico, uno híbrido o microhíbrido te permitirá escoger el más adecuado para tus circunstancias. Veamos los diferentes tipos de vehículos eléctricos y sus principales ventajas y desventajas.
Esta primera sigla hace referencia a todos los coches que integran tecnología eléctrica. Incluye también a los que la combinan con el motor de combustión. Por tanto, es la categoría más amplia de la clasificación y la que abarca a todas las que veremos ahora. Por supuesto, esto comprende también a los híbridos.
Como te puedes imaginar, la principal ventaja de los coches eléctricos (EV) es el impacto medioambiental más reducido. Las ayudas y exenciones fiscales también pretenden ser un aliciente para su compra. Su inconveniente puede ser un coste más elevado (entre 10 000 y 15 000 euros adicionales, según cifras del sector).
Tienen un motor de combustión y uno o dos eléctricos (generalmente dos, uno por cada eje). Permiten una autonomía considerable de 100 kilómetros de media, así que son una buena opción os si recorres largos trayectos. Tienen una batería que se recarga en un punto habilitado, que puede ser particular o estar en una electrolinera.
Popularmente, se señala la desventaja de que se deban cargar, con el coste que esto conlleva. Para nosotros, esta cuestión se ve compensada por un ahorro de hasta 900 euros anuales. Todo depende, como es lógico, de tu estilo de conducción y del coche que adquieras.
Los coches híbridos combinan el motor de combustión con uno eléctrico. Este último no tiene que cargarse, sino que se alimenta del primero durante la conducción. Lo más frecuente es que cuenten con un controlador interno que monitoriza el consumo en tiempo real. De esta manera, puede decidir de dónde obtener el impulso en cada momento.
El mecanismo anterior es su principal ventaja. Como permanece la mayor parte del tiempo en modo eléctrico, consume menos combustible. No obstante, sus elevados costes de mantenimiento pueden ser un punto en contra considerable.
Los coches eléctricos de baterías dependen completamente de la energía eléctrica. No usan ningún tipo de combustible térmico, por lo que tampoco tienen un motor de combustión. Eso sí, necesitas cargarlos directamente de la red de suministro cada varios días (un modelo de gama media puede durar entre dos y tres días sin conectarse).
Uno de sus puntos fuertes es la mayor rentabilidad a medio plazo, incluso haciendo una inversión inicial para instalar un punto de recarga en casa, la comodidad que te ofrece se compensa en poco tiempo. Además, si cuentas con una tarifa de recarga eléctrica, sacarás rentabilidad en un plazo menor. De todos modos, recuerda que con las subvenciones actuales puedes aprovecharte de un descuento de hasta 5000 euros (7000 euros si entregas tu coche).
Los vehículos eléctricos con pila de combustible se basan en el hidrógeno verde o limpio. Su implantación en nuestro país todavía está en una fase muy temprana, aunque están calificados de cero emisiones.
Es un dispositivo que genera electricidad mediante una reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno, pero sin llegar a combustionar el hidrógeno. Se trata de un proceso altamente eficiente y lo único que emite como residuo final es vapor de agua.
Hay una desventaja muy reseñable que no favorece a la compra, y es la escasez de puntos de recarga de hidrógeno en las carreteras urbanas e interurbanas. Pero tampoco podemos obviar que, si los proyectos de extracción emergentes se materializan, nuestro país podría ofrecer este combustible a precios reducidos.
Los automóviles eléctricos con autonomía extendida disponen de una mayor capacidad de desplazamiento. Tienen un motor térmico y un depósito de gasolina como reserva. Puedes mantenerlo vacío y rellenarlo cuando quieras emprender un trayecto largo. De esta manera, presenta una estructura similar a la de un híbrido, pero un funcionamiento distinto (nunca trabajan los dos motores a la vez).
Como te puedes imaginar, lo que más suele atraer al consumidor es su mayor autonomía y la menor necesidad de efectuar mantenimiento. La desventaja más importante son sus precios elevados en comparación con los eléctricos de batería (BEV). De todos modos, es una inversión que se puede recuperar a medio plazo.
Denominado de hibridación suave o de 48 voltios, depende en mayor parte del motor de combustión. Cuenta con un pequeño motor eléctrico que ejerce tareas de apoyo, pero nunca funciona de manera independiente. Hay incluso modelos con una potencia eléctrica de 24 o 12 voltios, es decir, todavía más discreta.
En realidad, hay quienes consideran que los microhíbridos no deberían incluirse en la clasificación de los eléctricos. La razón es que nunca llegan a funcionar en este modo y siempre consumen combustible térmico. Una de sus cualidades positivas es su capacidad para almacenar energía, solo disponible en versiones mild hybrid.
A pesar de sus ventajas en eficiencia y ahorro de combustible, los microhíbridos presentan inconvenientes. Principalmente, su capacidad de reducción de emisiones es limitada en comparación con los híbridos que se conectan a la red eléctrica o los eléctricos puros.
Además, la mejora en el rendimiento y el menor gasto de combustible pueden no justificar el coste adicional de adquisición frente a los vehículos convencionales.
Adquirir un vehículo eléctrico representa un compromiso con el futuro del planeta. Estas son algunas razones para considerar su compra:
Seleccionar el vehículo adecuado implica tener en cuenta varios factores que te guiarán por el proceso. Algunos de los aspectos a valorar son la autonomía, el tiempo de carga, el uso previsto que tienes pensado darle o el presupuesto del que dispones. Analizando cada uno de estos puntos con detenimiento, descubrirás cuál es la opción más acertada para ti.
Si quieres saber cómo escoger el vehículo eléctrico perfecto, te recomendamos que leas nuestra guía definitiva para elegir coche eléctrico, en la que te ayudamos a despejar todas las dudas y a entender cuál es la mejor opción en tu caso.
En Repsol disponemos de una amplia red de puntos de recarga de coche eléctrico distribuidos por todo el país, para que siempre sea accesible cargar tu vehículo.
Además, en nuestro blog te damos la información que necesitas para aprovechar las ventajas de tu vehículo eléctrico, te enseñamos, por ejemplo, cómo se carga un coche eléctrico, y te vamos informando de las diferentes subvenciones que puedes solicitar, como el Plan Moves III
Además, te ofrecemos la posibilidad de instalar tu punto de recarga con Repsol en casa para que consigas la máxima comodidad en tu día a día. En nuestro blog podrás ver cómo cargar coche eléctrico en casa.
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