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liquido frenos

Líquido de frenos: ¿cómo y cada cuánto cambiarlo?

La duración de un vehículo en buen estado radica, esencialmente, en su mantenimiento. En este sentido, la revisión de fluidos resulta primordial para evitar reparaciones que, a largo plazo, puedan ser excesivamente costosas. Es importante hacer referencia, llegado este punto, a cuándo cambiar el líquido de frenos del coche. 

Este compuesto es el responsable de que la detención del automóvil se produzca de manera adecuada. Por tanto, constituye uno de los medios de seguridad más importantes para el conductor. Recuerda, ante todo, seguir las instrucciones del fabricante que puedes encontrar en el manual. Por lo demás, te proporcionaremos distintas indicaciones de utilidad. 

¿Cada cuánto hay que cambiar el líquido de frenos? 

 

Generalmente, se recomienda cambiar el líquido de frenos cada dos años. Estamos teniendo en cuenta un modelo de conducción habitual, es decir, entre cuatro y cinco veces por semana. Esta cifra puede variar de forma muy considerable si usas el coche con poca frecuencia, lo que supondría aumentar el tiempo entre los cambios. 

Hay fabricantes que recomiendan hacer la sustitución cada 50 000 kilómetros. Como no hay una única norma, nuestra recomendación es que lo cambies cuando se dé el primero de los factores. Es decir, cuando alcances el recorrido que hemos comentado o cuando hayan transcurrido los dos años.

Por otro lado, el líquido higroscópico tiene un mayor potencial para absorber la humedad. Es recomendable para zonas de clima frío o de montaña. Si lo utilizas para tu automóvil, el cambio debe llevarse a cabo antes de los dos años (un año estaría bien). Lo mismo sucede si vives en la costa por la acción del mar. 

cambiar liquido de los frenos

¿Qué pasa si no se cambia el líquido de frenos? 

 

Es fundamental que sepas cada cuanto cambiar el líquido de frenos para evitar accidentes. ¿Sabes cuál es su principal función? Es el responsable de transmitir la fuerza que desencadenas al accionar el pedal. Como consecuencia, el vehículo se detiene gracias a su potencial hidráulico, que hace las veces de emisor de impulsos. 

Si este compuesto está deteriorado por el paso de tiempo, la distancia de frenado aumentará significativamente. El riesgo de sufrir un accidente, por tanto, aumenta, lo que hace que conducir resulte más peligroso. Si te dejas estar todavía más tiempo, es posible que los frenos ni siquiera lleguen a funcionar, dado que el sistema mecánico no recibirá ninguna señal. 

Otra de las consecuencias que puedes notar es una mayor inclinación al detener rápidamente el vehículo. Recuerda que esta maniobra, cuando se produce de manera súbita, requiere una adecuada estabilidad. Precisamente, este es otro de los factores más perjudicados, dado que un líquido en mal estado no se distribuye de modo uniforme. 

Los pedales de freno, igualmente, pueden sufrir las consecuencias. El motivo lo encontramos, en este caso, en la acción constante sobre este mecanismo. Cuando el líquido no sea capaz de responder, no ejercerá la resistencia habitual. Por tal razón, se terminará ablandando y correrá el riesgo de deteriorarse de forma definitiva. 

¿Cómo saber si el líquido de frenos está en mal estado? 

 

Queremos mostrarte cómo puedes comprobar, por tu cuenta, el estado del líquido de frenos. Con estos pasos podrás hacerlo sin necesidad de acudir a un taller, pero solo como medio orientativo. Recuerda que debe ser un profesional el que te indique si debes sustituirlo o no:

  1. Localiza la tapa con el líquido de frenos y ábrela. 
  2. Introduce una varilla y sácala. 
  3. Observa el color del compuesto que la recubre. 

En referencia al último punto, debe ser ligeramente amarillento, con una tonalidad más transparente. En caso de que salga marrón o amarillo oscuro, significa que ya está deteriorado. Dada esta circunstancia, cámbialo incluso si no se han dado los dos factores que te mencionábamos. Es posible que por el propio uso del automóvil se haya desgastado antes de tiempo. 

Uno de los principales síntomas se produce al frenar, incluso aunque sea de modo normal. ¿Percibes que queda ligeramente dirigido hacia un lado? Lo más probable es que el líquido esté peor de un lado que de otro. Incluso puede ser que haya perdido la capacidad de repartirse al recibir el impulso del pedal. 

Las vibraciones detener el vehículo también son una situación común. Recuerda que, por el sistema ABS, el pedal emitirá un movimiento de resistencia. Sin embargo, este no debe notarse cuando presiones el pedal de manera suave, solo cuando lo hagas de forma brusca. Esta es, por tanto, otra señal de que necesitas sustituir el líquido. 

Como has podido ver, cambiar el líquido de frenos del coche es una cuestión primordial. Nuestro consejo es que tengas en cuenta la revisión y las pautas de sustitución pertinentes. De esta forma, conseguirás que el vehículo se mantenga en buenas condiciones y te ahorrarás visitas al taller. Recuerda que en Repsol puedes encontrar productos para el ciudado del vehículo de una excelente calidad.