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Se acerca el invierno y, con él, la necesidad de mantener el hogar a una temperatura agradable. Para conseguirlo, tienes a tu disposición varias opciones: radiadores, calefactores, convectores y emisores térmicos. Pero ¿cuál es la mejor elección eléctrica para tu casa?
En este artículo vamos a analizar las diferencias entre estos cuatro dispositivos de calefacción. Desglosaremos sus características, eficiencia y coste con el fin de que puedas tomar la decisión más adecuada.
En primer lugar, vamos a centrarnos en las diferencias que existen entre estos sistemas. Hay varios factores que debes tener en cuenta si quieres elegir una de estas dos opciones.
El radiador es un dispositivo que genera calor mediante un líquido, que suele ser agua o aceite. Este se calienta a través de diferentes fuentes de calor (gas o electricidad) y circula por los tubos interiores del aparato. Al hacerlo, el radiador irradia calor en la estancia para calentarla de una forma homogénea.
Por su parte, el convector genera calor mediante una resistencia eléctrica. Este dispositivo calienta el aire que pasa por la resistencia, empujándolo después hacia arriba para que se distribuya por la estancia. La principal ventaja de estos aparatos es que calientan la habitación de manera más rápida que los radiadores. Sin embargo, la sensación de calor puede ser menos uniforme.
Si buscas un sistema que sea estable y cuya sensación de calor sea más homogénea, elige un radiador. Si, por el contrario, necesitas calentar una habitación rápido y no te importa tanto la uniformidad de la temperatura, el convector puede ser la solución ideal.
Vamos a analizar ahora cuáles son las diferencias más significativas entre un calefactor y un convector. Pero antes has de saber que tienen una similitud importante: ambos utilizan una resistencia en el proceso de calentamiento.
Los calefactores son muy efectivos si quieres calentar un área pequeña en muy poco tiempo. Por lo general, emplean un ventilador con el fin de distribuir el aire caliente por la habitación. Esta rapidez hace que sean ideales en el baño o para dar un impulso de calor en habitaciones que ya tienen otro sistema de climatización.
Por su parte, los convectores no suelen tener ventilador. El aire, una vez que está caliente, se eleva de forma natural y no deja espacio para que el aire frío pase por la resistencia. De esta forma, se crea un flujo constante de aire caliente. Gracias a esto, son aparatos más silenciosos. Sin embargo, también son menos efectivos para calentar áreas grandes rápidamente.
Por lo tanto, si quieres calentar un espacio pequeño en un tiempo corto y de manera eficaz, un calefactor es lo más conveniente. Pero si buscas un aparato más silencioso y estás dispuesto a esperar un poco más en llegar a la temperatura deseada, entonces decántate por un convector.
Varias son las diferencias entre un emisor térmico y un convector. En primer lugar, los emisores térmicos funcionan de forma similar a los radiadores, en el sentido de que emplean un fluido térmico. Este puede ser aceite o algún otro líquido que se utiliza para generar y mantener el calor. Pero, a diferencia de los radiadores, los emisores térmicos suelen ser eléctricos y tienen termostatos digitales, lo que posibilita un mayor control sobre la temperatura. Por otro lado, también permiten programar el dispositivo en diferentes momentos del día.
El convector, como ya hemos comentado, calienta el aire directamente mediante una resistencia eléctrica y lo dispersa de forma natural en la habitación. Esto significa que el calor se siente más rápido, pero también se disipa antes cuando el dispositivo se apaga.
En el caso del emisor térmico, el fluido conserva el calor durante más tiempo, incluso después de que el dispositivo se haya apagado. Esto te proporciona una sensación de calidez más duradera y uniforme, lo cual puede ser más confortable en algunas situaciones.
Así que, si estás buscando un sistema de calefacción con un control de temperatura más preciso y una sensación de calor más duradera, un emisor térmico puede ser la mejor opción. Sin embargo, si en tu caso la rapidez es un factor determinante, quizás el convector sea la alternativa más apropiada.
Ahora que conoces las diferencias clave entre todos los tipos que existen, es hora de tocar un tema crucial: el gasto energético. En los siguientes apartados te mostramos cuánto consume cada aparato para que puedas tomar la mejor decisión según tus necesidades en sentido energético y económico.
La potencia de este dispositivo suele oscilar entre los 1000 y los 2500 W. Suponiendo que el coste medio del kilovatio-hora (kWh) en España es de aproximadamente 0,15 €, el gasto de hacer funcionar un modelo de 2000 vatios durante una hora es de 0,30 €.
Los radiadores pueden tener consumos muy diferentes en función del tipo (de agua o de aceite), el modelo y las dimensiones. En cualquier caso, un radiador eléctrico de tamaño medio consume alrededor de 1500 W por hora. Usando la misma tasa de 0,15 € por kWh, el coste de encender un radiador de este tipo es de 0,225 € por hora.
Los calefactores eléctricos suelen tener una potencia de entre 1000 y 2000 W. Para un calefactor de 1500 vatios, el coste asciende a 0,225 € por hora.
Si has llegado hasta aquí, ya tienes toda la información que necesitas para tomar una buena decisión sobre el mejor tipo de calefacción para tu vivienda. Como has podido comprobar, todos tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Por eso, lo primero es saber qué necesitas, y luego, encontrar el sistema que se adapte a tus requisitos.
¿Ya te has decidido por un tipo? Entonces, visita nuestra tienda y adquiere el mejor sistema de calefacción para tu hogar. ¡Prepárate para el invierno con Repsol!
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