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La Unión Europea aprobó en 2017 la nueva clasificación energética de los electrodomésticos. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco cuando se terminó de implementar en todos los dispositivos domésticos. Este cambio está motivado por la transición ecológica y la necesidad de apostar por una mayor eficiencia.
Estarás de acuerdo en que, a pesar de todo, la ciudadanía sigue sin comprender cuál es la novedad en este sentido. Este motivo ha sido suficiente para elaborar un artículo en el que te mostramos toda la información. El propósito es que aprendas a leer las etiquetas para saber qué suponen para ti.
Creado por la Unión Europea, es un sistema de identificación que permite saber qué electrodomésticos consumen más y cuáles menos. Para ello, se toma como referencia el gasto anual y otras variables, como el combustible que emplean, su funcionamiento y sus dimensiones.
Probablemente, recuerdes las etiquetas A++ o A+, pues son las que han indicado desde hace 25 años los dispositivos más eficientes. Sin embargo, las autoridades comunitarias decidieron cambiar la distribución de categorías para dar lugar a una más estricta.
Las instituciones europeas calculan que, gracias a este nuevo código, se ahorrará más de 160 TWh de aquí hasta 2030. Esta mejora se producirá en los 27 países y se hará cada vez más patente no solo para la industria, sino también para ti en tu consumo doméstico.
La antigua clasificación comenzaba en la A++ y terminaba en la D, con solo cuatro letras para indicar cuánto consumía un electrodoméstico. Un tiempo después, se añadió la A+++, pero rápidamente quedó obsoleta. Comprar un dispositivo con la nueva etiqueta es uno más de nuestros diez consejos para ahorrar energía en casa.
En principio, ningún electrodoméstico recibirá esta categoría, dado que se reservará para nuevas generaciones. Por el mismo motivo, todavía no sabemos cuál será su potencial de ahorro.
Corresponde a los antiguos dispositivos de clasificación A+++ y A++. Indica un consumo entre el 25 y el 30 % respecto a la media, aunque muy pocos modelos tendrán esta letra.
Es equivalente a los equipos menos eficientes que estaban distinguidos con la A++ y a todos los de la A+. El gasto es un 50 % respecto a la media.
Con esta letra están identificados todos los que hasta ahora tenían la A. Indica un uso de energía de entre un 55 y un 60 %.
Es el correspondiente a los que poseían la B hasta 2021, con un ahorro significativamente menor que los anteriores. Estamos hablando de un 65 - 70 %.
Los que tenían la letra C quedarán relegados a esta con la nueva clasificación. El consumo ronda el 75 - 80 %, es decir, son bastante menos eficientes.
Engloba todos los electrodomésticos de la letra D, que era la más baja en la escala anterior. El gasto está entre el 85 y el 100 %, lo que se traduce en una mala inversión a medio y largo plazo.
Este medio de identificación obligatorio está regulado por el Reglamento UE 2017/1369. De acuerdo con la OCU, supone una redefinición de los límites de consumo, al igual que una simplificación que permite regular más a los fabricantes. De este modo, también se han producido modificaciones en sus secciones.
Lo primero que verás es la escala de letras —desde la A hasta la G— con un rango de colores que empieza en verde oscuro y termina en rojo. En el lado derecho aparecerá una flecha de color negro que te indica en cuál se sitúa el electrodoméstico.
Son una serie de códigos gráficos parecidos a los que figuraban en las antiguas etiquetas, pero con símbolos diferentes. Los nuevos hacen referencia a las características de cada programa (por ejemplo, qué temperatura alcanza el congelador, a cuántos grados puede lavar un lavavajillas o cuánta agua consume una lavadora).
Este cálculo llevaba un tiempo siendo criticado por la OCU al considerar que estaba alterado por los fabricantes. Desde ahora, es bastante más preciso y te permite conocer cuánto gasta al año. Está expuesto en kWh por cada 100 ciclos en marcha, o en kWh de media en el caso de frigoríficos o congeladores.
Una de las novedades más significativas es que ahora tendrás un código QR para escanear con el teléfono móvil. Obtendrás detalles sobre el fabricante y cualquier otra información adicional que no esté en la etiqueta.
Este es el dato más básico y el único campo que no ha experimentado cambios con esta versión. Especifica el tipo de dispositivo y cuál es la compañía fabricante.
En 2017 empezaron a implementarse las nuevas etiquetas, con un periodo asignado para cada electrodoméstico. Los últimos en incluirse han sido los aparatos de aire acondicionado y los televisores. La Unión Europea, de todos modos, ha expresado la intención de seguir ampliándolo a todos los dispositivos que consuman energía.
La etiqueta indica el uso de electricidad durante las 24 horas del día, pero también la temperatura media a la que funcionan.
En este caso, hace referencia a la energía que consumen y al agua que gastan por cada cien ciclos o al ruido que produce en centrifugado (expresado en decibelios).
Explica cuánta electricidad gastan por cada cien programas y también el agua que requieren en la misma cantidad de ciclos.
Como tienen una menor capacidad para controlar la temperatura, muestra el gasto de luz y la media en grados que alcanzan.
Cuentan con la misma información que los frigoríficos, aunque es posible que algunos modelos hagan referencia al ruido.
Está claro que la nueva clasificación energética de los electrodomésticos busca un mayor conocimiento por parte de los usuarios. Como consumidor, es fundamental que sepas entenderla y que escojas siempre el equipamiento con el menor consumo posible. Después, con nuestras tarifas lograrás el ahorro que estás buscando, también a corto plazo. ¡No pierdas la oportunidad!
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