¿Qué tipos de autoconsumo industrial existen?
Por lo general, hay dos tipos de autoconsumo industrial. El factor más importante en esta diferenciación es la posibilidad de almacenar el excedente de energía generado. En caso de hacerlo, la empresa puede incluso compensárselo en la factura, por lo que recibirá un descuento en el importe total.
Sin compensación por excedente
Esta primera opción no tiene compensación por sobrantes energéticos, es decir, solo se genera la cantidad que se puede consumir. Para ello, hay que optar por sistemas antivertido que previenen la compensación a la que hacíamos referencia antes. Este sistema es apto para aquellas naves industriales que estén aisladas y también para las que formen parte de una red de distribución.
Sin embargo, esto no significa que no puedan contar con baterías. De hecho, lo más probable es que sí las posean para adelantarse a los picos de demanda, que suelen ser calculados en función de las previsiones de venta.
Con compensación por excedente
Por otro lado, tenemos aquellas industrias que sí compensan sus excedentes. Están conectadas a la red eléctrica (no aisladas) y vierten la energía de más, con una fracción que se quedan para consumo propio. El sobrante se canaliza mediante la red convencional y es cuantificado por la compañía eléctrica.
Hasta hace varios años, el conocido como impuesto al sol impedía que los centros de producción pudieran recurrir a este mecanismo. No obstante, su derogación ha hecho que cada vez más empresas recurran a la compensación por excedente.
¿Pueden todas las empresas beneficiarse del autoconsumo industrial? ¿Qué requisitos son necesarios?
Este tipo de soluciones son aplicables a cualquier sector industrial y a toda la cadena de producción, desde el diseño inicial hasta la fabricación en sí. Incluso hay opciones para el transporte sostenible mediante los coches y camiones eléctricos.
Respecto a los requisitos, el primero de ellos es la superficie de cubierta. Hay que tener en cuenta su estado (si puede soportar o no una instalación de placas solares), la orientación de la fábrica y el entorno. En este último punto, el hecho de que haya grandes edificios alrededor podría impedir el aprovechamiento de la radiación solar.
Lo más habitual es que la empresa detecte las necesidades técnicas que presenta su superficie. Por ejemplo, identificando posibles daños en el techo de la estructura o buscando filtraciones de humedad. Además, hay fábricas que han tenido que eliminar el amianto (una tarea que es obligatoria por ley) para poder comenzar.
¿Cómo puede beneficiarse tu empresa de un sistema de autoconsumo?
En la actualidad, son tantas las ventajas del autoconsumo para las industrias que no podríamos dejar de mostrártelas. De hecho, la mayoría de ellas son aplicables también al ámbito doméstico, por lo que se trata de una solución clave para cualquier sector. Estas son las más relevantes más allá de lograr la eficiencia energética en empresas:
- Te sumas a la descarbonización: Contribuyes a reducir la huella de carbono de la compañía al depender de fuentes renovables, a la vez que mejoras la calidad del aire en el entorno.
- Puedes ahorrar más dinero en electricidad: Los gastos en electricidad disminuyen de forma significativa, por lo que se incrementa la rentabilidad y la amortización de la inversión al largo plazo.
- Creas una estrategia diferencial: Una fábrica sostenible es sinónimo de productos ecológicos y de una filosofía corporativa que está comprometida con el medioambiente.
- Mayores posibilidades de negocio: Un gran número de consumidores están preocupados por que sus compras no supongan un aumento en la huella de carbono.
Llegados a este punto, te recomendamos que no veas el autoconsumo industrial como un desafío inabarcable, sino como una oportunidad de crecimiento. Cada vez son más las empresas que apuestan por los paneles solares, que puedes comenzar a instalar desde hoy en tu negocio. Después, descubre nuestra tarifa solar para empresas para que puedas reducir tu factura de la luz.
